El pasado mes de septiembre hicimos una escapadita al Pirineo Aragonés. El corazón de esta bella tierra nos recibió con honores para abrirnos las puertas de su bello entorno natural.
El Valle de Estós, Aiguallut, La Renclusa, Batisielles y sus Ibones, así como el macizo de Posets- La Maladeta con el Aneto imponente sobre nuestras cabezas bordaron unos días inolvidables para nosotros.
Ahora ya, finalizando el mes de octubre, correteando por nuestra casa la Sierra de Valdehierro y bien entrado el otoño, uno no puede dejar de acordarse de La Gargallosa, Perdiguero, el Pico de Estós y la enormidad de su Valle, Salvaguardia, el Puerto de la Picada y el Paso de Benás; del Forau de Aiguallut o del río Ésera, soñando con que quizá algún día, en Navidad, nos toque la lotería para poder cumplir nuestra promesa con la regenta del Hotel Llibrada y poder admirar de nuevo el Tuca de Monde.